- Excuse me Sir, está sentado en un lugar reservado para mujeres.
- Vaya, lo siento, no lo sabía, pero no se preocupe me cambio enseguida -

Viajábamos dirección Kumily en uno de los destartalados autobuses del gobierno (flamante si lo comparamos con los autobuses africanos) cuando el revisor me echó de mi sitio. Al principio resulta chocante el hecho de ver que las mujeres viajan a un lado del bus y los hombres a otro, machismo es lo que se te viene a la cabeza, pero no es así, nada mas lejos de la realidad, el caso es que las mujeres se pueden sentar donde les plazca y tienen asientos reservados ya que la población india es mayoritariamente masculina.

- Perdone Sir, ¿le molesto? ¿Puedo sentarme a su lado?
- Por supuesto que puede sentarse a mi lado.
- ¿De que pais viene?
- Soy español.
- Ah!, de España, ¿Madrid o Barcelona?
- Soy del suroeste de España, nací en una pequeña ciudad que se llama Cáceres y vivo en otra que se llama Badajoz, en la frontera con Portugal, al norte de Sevilla, en la región de Extremadura.
- ¿Y su amiga?, ¿de donde es?, ¿es también española?, parece india.
- Es mi mujer, ella es inglesa aunque vivimos juntos en España desde hace ya mas de diez años, vamos que ya es medio española. Parece india porque en parte lo es, su abuelo nació en Chennai y su madre es de la isla Mauricio.
- Claro, ya decia yo, parece totalmente india.

Tras una pausa de unos minutos debido a la vertiginosa conducción del chofer, entre pitidos, frenazos y baches, se presenta mi interlocutor. Nombre que no recuerdo pues puede que en un día mantengamos una conversación con mas de diez personas diferentes.
A estas preguntas rutinarias les sigue, ¿en que trabaja?, puede incluso que te pregunten por tu sueldo. Al principio resulta extraño que te hagan esa pregunta tan personal, pero a medida que vas conociendo el pais y a la gente, y te das cuenta de que todo el mundo te lo pregunta entiendes que se trata de algo totalmente normal para ellos, de hecho esta secuencia de preguntas se repite una y otra vez, es una manera de entablar conversación, el caso es que los indios son personas realmente agradables, amables y conversadoras, ademas de hospitalarias.

- ¿Sigue ETA activa? - Esta pregunta me sorprendió muchísimo, era lo último que esperaba me preguntase alguien en India.
- ¿Conoces el problema de España con ETA?
- Si, estuve una temporada trabajando en Roma y conocí a muchos españoles, entre ellos uno que trabajaba para una organización católica... el OPUS.
<<¡Coño!, hasta aquí hemos "llegao", no quiero empezar a discutir con nadie>> pensé. <>
- ¿Crees en Dios?
<<¡Mierda!, a ver como salgo yo de esta>>. - Eeeeh, bueno, soy católico por cuestiones familiares, fuí bautizado pero no soy practicante.
- Yo no lo tengo claro, soy catolico también pero no se si creer. Creo que este pensammiento es muy popular en Europa ¿no?.
<<>> - La verdad es que es así, en Europa cada vez hay menos gente creyente, no es nada popular creer en Dios. Yo en concreto no creo en Dios, me gusta creer en otras cosas como la ciencia, no me puedo creer que exista un Dios bondadoso y misericordioso con la cantidad de injusticias que se ven por el mundo... <<>>

La conversación acabó hablando del problema de Pakistán y Cachemira, que me explicó detalladamente, tras dar un repaso al hinduismo y al islam.
Cuando te acostumbras a esta peculiaridad india, se disfruta una barbaridad cada vez que se acerca alguien a conversar. Nunca sabes por donde te van a salir. Incluso llegas a sentirte mal por las primeras reacciones que tuviste cuando alguien se acercaba, pues era simplemente para conversar y no para pedirte ni nada de eso, normalmente la única intención de esta gente no es mas que la de conocer tus impresiones del pais e intercambiar ideas y razonamientos.

¡Mierda!, volví a pisar una mierda... ¡las p... vacas!. El caso es que las mierdas en teoria dan suerte, ¿no?. O al menos eso dicen. La gente del teatro y de la farándula en general se desea "¡mucha mierda!" antes de salir al escenario.
Pues sí va a ser que da suerte y... bueno, al menos en la India lo que se suele pisar es mierda de vaca, ¡que es sagrada!, así que por lo menos estaré bien bendecido porque desde que estamos por aqui he pisado casi mierda por dia.
Y claro suerte tengo que tener un huevo porque el otro día, cuando paseábamos por la reserva natural de Periyar, pisé una gran mierda de elefante. Fresca, vamos recien cagadita, blandita, vaya que sentí el calorcito en los tobillos. Deben tener un diámetro de un metro o así... enormes.
Ahora que lo pienso tanta suerte, tanta suerte, no debe dar, yo no ví ni un elefante ni ná. y eso que se supone que tenía que verlo porque después de pisar la gran mierda teníamos que haber visto hasta tigres, que no se suelen ver. Que le vamos a hacer, igual pisar caca de elefante en lugar de dar buena suerte da mala suerte y entonces ha "contrarrestao" la suerte que me habían dado las de vaca.

Otro día durante nuestra estancia en Periyar, conocimos a Alix, una chica australiana con la que pasamos varias noches muy divertidas. Juntos alquilamos un coche con conductor para llevarnos por los campos de Tamil Nadu. Nos llevó a varios templos hindúes en medio del campo y perdidos en el bosque.
En el interior de uno de los templos que visitamos, una mujer mayor que andaba por allí, tras encender un pequeño fuego nos invitó a pasar las dos manos por encima de las llamas para que nos acompañara la suerte. Tras pasar las manos sobre el fuego, huntó sus dedos con las cenizas y nos marcó la frente para señalar que habíamos visitado el templo.
Atados a las ramas de un arbol custodiado por uno de los dioses del templo había cientos de pedazos de tela de diferentes colores. Nos explicaron que las parejas que desean y no consiguen concebir hijos rompen un trozo del sari de la mujer y lo atan al arbol a la espera de ver sus deseos cumplidos.

Tras un paseo por las plantaciones de arroz y cocoteros llegamos a un lugar de perigrinación sagrado, the Sacred Waterfall. Subimos un sinfin de escaleras junto a numerosos peregrinos hasta llegar a la catarata. Allí decenas de hombres y mujers (separados) se bañaban y se lavaban bajo el agua sagrada. Al vernos, los únicos blancos por allí, se alegraron mucho y entusiasmados nos hacían señas para que fueramos a bañarnos con ellos. Me tuve que bañar con ropa como hacian el resto de las mujeres y bajo el agua nos reímos mucho. Ellas hablándome en hindi y yo intentando entenderlas. Lo que creo que intentaban preguntarme entre risas, era si estaba casada y si quería comer chapati con ellas.




Hoy ponemos rumbo a Tamil Nadu para pasar el mes de enero intentando ayudar a la gente de ODAM.

-¡Mirad, mirad!- gritaba el camarero del "Jungle Café" mientras iluminaba la jungla con su enorme linterna. Nos levantamos con curiosidad de la mesa en la que disfrutábamos de nuestra cena y nuestro "te especial" (es así como llaman a la cerveza que te sirven en tetera los bares que carecen de licencia para venta de alcohol).
A menos de 20 metros, iluminada por un pequeño haz de luz, se apreciaba una pareja de ciervos comer entre los matorrales. Nos quedamos fascinados al ver como se quedaban paralizados con sus ojos alumbrados por la luz de la linterna mirando hacia la terraza del restaurante.

Nos encontramos en Kumily, una de las puertas de entrada a la reserva natural del parque Periyar, situado en medio de la jungla del sur de la India tropical.
Desde el balconcito de nuestra habitación, orientado hacia el parque se divisan todos los días numerosos animales, normalmente jabalíes y ciervos que pululan por los alrededores de la jungla. Simplemente alucinante.
El pasado martes nos comentaban que hacía mucho que no se veían tigres por el parque pero que una pareja vió el mismo día como se peleaban un tigre y un leopardo.
Con la ilusión de niños con zapatos nuevos contratamos un pequeño safari en Jeep por el parque. Nos aseguraron que íbamos a ver elefates salvajes y si teníamos muchisima suerte podríamos ver tigres, pero lo mas cerca que estuvimos de los elefantes fué la gran mierda fresca que pisé... no vimos ni uno aunque las huellas y excrementos (bien grandes!) daban fé de su existencia.
En la reserva de Periyar habitan mas de 1600 elefantes y cerca de 60 tigres en su hábitat natural. En nuestra aventura por el precioso paisaje conseguimos ver monos negros, ciervos, la ardilla gigante de Malabar, macacos y alguna que otra rana ademas de pájaros carpinteros y loros.
Al principio a Dan le costó un poco disfrutar de la experiencia debido a su fobia con los parásitos, a pesar de los calcetines especiales que nos dieron tardó un poco en olvidarse de las sanguijuelas.
Aunque nos quedamos un poco desilusionados por no haber visto elefantes (cuando todo el mundo nos dijo que los habian visto) pasamos un día muy agradable.

Nos acabamos de hartar a comer en el Dal Roti, un restaurante de Fort Kochi excelente. Diferentes currys, un buen lomo de atún del día, una Parotha (una especie de empanada rellena de verduras y pollo), y todo por menos de cuatro euros. Desde que estamos en la India no hemos pagado más de esto en ningún restaurante, de hecho ahora estamos en una ciudad "cara" para lo que son los precios habituales en India. En los bares, cafeterias o restaurantes normales, donde comen los locales que no están situados en los puntos turísticos se puede comer por un euro al día por persona (en los turíticos entre 1 y 2 euros).

Todas las cartas son enormes con una variedad de platos increible, desde los innumerables currys índios y byrianis, pasando por los tallarines/noddles chinos y tailandeses, hasta los platos de pasta y pizza. Los precios por plato suelen rondar entre los 30 a 70 Rps en cualquier restaurante (el cambio actual está en 68 Rps= 1 e). Los mas caros son los platos europeos que pueden llegar a costar de 2 a 3 euros que, aunque siguen siendo económicos, creemos que no merecen la pena pues no los consiguen demasiado ademas de ser mas caros.
Queríamos hacer la foto antes de probar la comida pero no pudimos resistir (a la parotha le falta un pedazo)...

Para los amantes de la comida como nosotros este país es una autentico paraiso.
En los puestos callejeros se puede comer aun mas barato. Samosas, puris, Badapals, que no cuestan mas de 10 Rps por unidad y están deliciosos.

Pero la cosa no se queda ahí, si te gustan los dulces resulta casi imposible elegir de los diferentes que te encuentras en las cartas o expositores. Y no hablemos de la fruta, todos los días nos tomamos al menos un par de zumos de fruta recien exprimida, papaya, naranja, plátano, mango, sandía, piña o combinados, a nosotros nos encanta  el de platano y naranja o el de piña y papaya... mmmmmmm!!!! (Los zumos cuestan de 10 a 50 Rps, dependiendo del lugar).





Como podreis comprobar hambre lo que se dice hambre... desde luego aqui no estamos pasando!

La ciudad de Kochi está formada por un conjunto de islas y una zona peninsular en la costa de Malabar. Fort Kochi es la zona histórica de la ciudad en la que se respira la hegemonía que tuvo al ser un importante enclave en la ruta de las especias. Los mercaderes chinos de la corte de Kublai Khan introdujeron allá por el siglo XV un sistema de redes de pesca que todavía se sigue utilizando. Resulta interesantísimo pasear por la zona donde se instalan y regatear con los pescadores para comprar el pescado fresco mientras observas como manipulan los contrapesos de las redes de pesca. "You buy, we cook" es lo que se puede leer en numerosos restaurantes situados en las cercanías de las redes, por un euro te cocinan a la brasa o como les pidas el pescado que hayas comprado.

Kochi se situa en el estado de Kerala, estado cuyas costas ya eran bien conocidas por fenicios, romanos, árabes y chinos y que atrajeron a numerosos mercaderes desde hace mas de 3000 años. Kerala fué el primer estado del mundo con un gobierno comunista democráticamente elegido. Hecho que a día de hoy se refleja en las calles de Kochi. Galerías de arte y salas de teatro donde se realizan diariamente numerosas representaciones de Kathakali, conciertos de Sitar y tabla, inundan la ciudad en la que murió Vasco da Gama. Con cerca del 99%, es el estado con mayor índice de escolarización de la India y con mayor esperanza de vida, 73 años, diez mas que el resto del pais.

Ayer hicimos un recorrido por los backwaters, antiguos canales que formaban las rutas de comunicación de las mas de 25 islas tropicales infestadas de cocoteros y especias en las que viven, de manera tradicional, numerosas familias cuyo medio de vida es la venta de cuerdas fabricadas con la fibra de la corteza de coco, de un licor típico de Kerala hecho a base del jugo de las flores del cocotero y de las especias.

Tras nuestro paseo por los backwaters en una casa barco, típica de la zona, paramos a comer en el interior de una de las islas. Un auténtico manjar para los sentidos, olor a canela, a vainilla, y cardamomo. El paisaje de la jungla tropical nos hizo creer que estábamos en la isla de "Perdidos" que bien podria haberse rodado en ese lugar. Tras comer mejillones cocinados al estilo tradicional de Kerala (bien picantitos) sobre una hoja de plátano nos embarcamos en una canoa para introducirnos en los canales más pequeños.

Tras cinco días de intensas experiencias en Kochi nos dirigimos hacia el interior, a las montañas, a explorar el parque natural de Periyar, donde esperamos ver tigres, elefantes, y otros animales salvajes...

Estoy muy orgullosa de mi. Poco a poco voy controlando mi paranoia con los bichos, de hecho, creo que pasado este año podré estar casi curada.
En nuestra cabaña de bambú de la playa de Gokarna, acerqué la mano para tirar de la cadena del vater y casi toco una araña aspirante a tarántula carnívora. Mi reacción normal hace seis meses hubiera sido salir corriendo sin parar como si fuera Forest Gump ademas de gritar como si hubiera visto a un monstruo de pelicula de terror, pero no fué así. Ahora la palabra que me sale de la boca cuando veo a cualquier insecto asqueroso es - ¡David mátala! -. David se va a volver loco, me llama asesina de insectos (no le gusta matar ni a una mosca), pero ahí va con su chancla en la mano para protegerme. He de reconocer que creo que es un poco lento porque muchas veces se le escapan pero bueno, también lo está haciendo muy bién. La mayoría de veces me engaña. El otro día íbamos camino de la cabaña, ya era casi de noche y ví una rata que se cruzaba por nuestro camino. El me dijo, - cariño, eso no es una rata, es una ardillita, lo que pasa es que por la noche ves menos que Pepe leche -. Es cierto, tengo lo que llaman ceguera nocturna, de hecho no puedo conducir por la noche, pero no me lo creo, estoy segura de que era una rata repugnante, las ardillas duermen por la noche.

Llegamos a las 4:30 de la mañana a Gokarna, tuvimos que esperar hasta que los insistentes conductores de motorickshaw consiguieron montar al resto de turistas que venían en el autobus en el que viajamos. El mototaxi nos dejó en un estrecho camino oscuro, únicamente iluminado por la imponente luna que con ayuda de una linterna nos llevó al lugar que estábamos buscando.

Nos sorprendió un bonito amanecer al llegar a la playa de Kudle. Hippies, turistas y locales se disponían a lo largo de la playa dorada por los primeros rayos de sol a hacer sus ejercicios de yoga o meditación. Nos sorprendió lo tranquilo que es el lugar, maravilloso para pasar unos días y descansar del ajetreo de la India.

Por la mañana, despertaban varios chiringuitos que nos hicieron recordar a la playa de Zahara de los Atunes de antaño, familias de hippies de verdad con sus rastas de canas creciendo a partir de la coronilla y sus niños correteando por la playa. El pueblo de Gokarna es una localidad sagrada con numerosos templos, vacas deambulando por las calles, bicicletas, cuyo sonido de mantras orados nos llegaba a través de los muros de los templos y nos hizo sentirnos en la verdadera India.

Video: Calles de Gokarna

Quinientos escalones nos separaban del templo de los monos. A mitad del trayecto empezamos a echar en falta la respiración, cientos de monos saltaban de roca en roca. El paisaje rocoso modelado durante miles de años por el calor y la erosión del viento resultaba impresionante desde arriba cuando lo contemplamos con la puesta del sol. En la cima, el barbudo sacerdote (o lo que sea) daba de comer a los monos mientras nos deleitábamos con el paisaje.

Hampi, poderosa capital del imperio Vijayanagara, lugar sagrado para los indues resulta un pequeño paraiso donde si no tienes cuidado te puedes quedar para siempre.
- Yo creo que con un par de dias es suficiente - dijo Dan mientras observaba a los verdes arrozales
- Tienes razón - dijo David en la misma situación... Han pasado cuatro días desde que llegamos aquí y ahora nos parece que podríamos quedarnos mas de 15. La relajada atmosfera del lugar, mezclada con la espiritualidad hindú hace que el tiempo pase sin que te des cuenta.
El recinto de la antigua ciudad de Hampi, cuyo apogeo data del siglo XIV, aunque posee ruinas del siglo V, abarca 26 km cuadrados y se aloja en un entorno rocoso que se extiende hasta donde la vista no alcanza a las orillas del del vaye del rio Tungabhabra. Fué declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1986. Simplemennte impresionante y bello, visita totalmente recomendable para cualquier viajero por la India.

- Las vacas representan la imagen de Shiva, ¿verdad? - Pregunté al conductor de nuestro moto-rickshaw tras ver numerosas en nuestro camino a Hampi Baazar.- No, las vacas no representan al dios Shiva, son el dios Shiva - es lo que me contestó.

Laksmi, la elefanta del templo Virubaksha, nos bendijo con su enorme trompa, eso si, tras dejarle una moneda de una rupia que no dudó un segundo en dejar en un cesto. Los colores, el olor a incienso y curry, la agradable y relajada conversación con Windar, el camarero del guest house, la simpatia de la gente y todo lo demas... Por fin hemos llegado a la India.

En nuestro viaje en autobus "sleeper" conocimos a Carla y Al, dos dentistas españoles en su aventura con la fundación Vicente Ferrer en Anantapur, enlo mas profundo de la India. Con ellos pasamos un par de dias disfrutando del fabuloso ambiente de Mowgli, el guest house donde nos quedamos. Un verdadero oasis a la orilla de los arrozales del rio Tungabhabra que casi nos hizo levitar en mas de una ocasión. Sin duda volveremos a encontrarnos con ellos en nuestro viaje.

La arquitectura y arte hindú está plagada de motivos con esta simbología. Cuando Dan y yo lo vimos nuestra primera reacción fué como la de cualquiera que no se haya preguntado nunca el orígen de éste símbolo, rechazo total y sorpresa.

El caso es que éste icono se utiliza en la India, según numerosos estudiosos, desde el siglo V a.c. Utilizado actuálmente no solo por la religión hindú, que es símbolo de buena suerte y de buen augurio, sino también por el budismo (donde representa los cuatro elementos; agua, fuego, tierra y viento) y el jainismo. Parece ser que éste símbolo aparece repetidamente en la iconografía, el arte y el diseño de la humanidad a lo largo de su historia, y ha representado ideas muy diversas, desde la suerte, el Brahman (concepto impersonal de dios), el concepto hindú de samsara (rencarnación) o a Sūrya (dios del Sol).

Pues como no, los nazis se apropiaron de éste símbolo y, a raiz de la segunda guerra mundial, en occidente la svástica se identifica con el fatídico, catastrófico y repugnante brazo ejecutor nazi.
Los nazis vieron en la cruz gamada el icono apropiado para representar la supremacía de la raza blanca, pues los teóricos del Tercer Reich asociaron su uso con sus tesis sobre la ascendencia cultural del pueblo alemán de la llamada raza aria. Pensaban que los primeros arios de la India, fueron el prototipo de invasores de la raza blanca.

Nota. Para mas info ver intenné.

Los Indios tienen una peculiar manera de mover la cabeza. Es como si tuvieran un eje de rotación que les atravesara la cabeza desde la nariz a la nuca, produciendo un balanceo en cada frase que dicen o pregunta que se les hace. Es algo parcido al movimiento de cabeza del perro de la parte de atrás del coche. Es verdaderamente confuso porque cuando les haces una pregunta cuya respuesta requiera un si o un no, hacen siempre el mismo movimiento de cabeza. Parece que dicen no, pero no es así, puede que sea si o puede que sea no.

El otro día en Mumbai queríamos llegar al centro de la ciudad. Sabíamos que el anden del que salía el tren era el número 4, pero de repente, una voz que salía de la megafonía de la estación hablando en hindi hizo que toda la gente se cambiara de andén... nooooooo!!! preguntásemos a quién preguntáramos si estábamos situados en el andén correcto nos hacían ese extraño movimiento de balanceo.
Al final no nos quedó mas remedio que arriesgarnos y quedarnos en el tren en el que estábamos... a ver donde acabábamos!. Sí llegamos al centro de Mumbai, pero 1 hora mas tarde de lo previsto.

Hemos deducido que la pregunta que hay que evitar es la que requiera un si o un no por respuesta. Mejor preguntar; ¿donde vá este tren?

Afortunádamente los autobuses nocturnos de India no son los disco-buses de Camerún.
El conductor parecía pariente cercano de Fitipaldi, me entraban ganas de ponerme a su lado y hacer de copiloto "IZQUIERDA RAAAAAS!!!" además estábamos rodeados de un sinfónico coro de ronquidos que hacian la competencia a mi padre lo que hizo que no pudiéramos dormir mas de un par de horas.

Nuestra llegada a Panjim nos hizo dudar que habíamos dejado Badajoz. La marcada influencia del colonialismo portugués sobre la capital de Goa nos hizo olvidar que estábamos paseando por un pueblo de la India. De manera que aparte de la fabulosa cena (y barata; cerveza a tuti-plen, pescado y curry de gambas con arroz para dos personas por menos de 4 euros), los zumos de la fruta recien exprimidos y una pizca de la India, no hay nada que nos haga quedarnos aquí. Así que billete de bus nocturno en mano nos pusimos a planear nuestro camino a Hampi, hacia el interior situada en la región de Karnataka, fuera de la explotada costa goana para acercarnos a la verdadera India.

El centro de la ciudad es una isla en la que el 60% es levantada sobre terreno ganado al mar, unida mediante puentes al continente por la que se extiende el nuevo Mumbai.


Nuestro alojamiento se situa en la parte nueva, zona residencial con enormes rascacielos y modernos centros comerciales de gente mas o menos pudiente de manera que para llegar al centro tuvimos que cojer un tren abarrotado de gente luchando por un sitio y con medio cuerpo literalmente fuera del vagón. A medida que nos acercábamos al centro la realidad de la India se iba haciendo cada vez mas intensa, chabolas levantadas sobre basura donde corretean niños descalzos a los pies de modernos rascacielos. Olores fuertemente marcados y contrapuestos, a cloaca o a especias e incienso. La miseria que se puede ver es totalmente injusta, el 55% de la población de la ciudad vive por menos de 1 euro al dia en un "barrio" de chabolas.

Al salir de la estación de Churchgate el panorama vuelve a cambiar de manera radical, numerosos turistas y extranjeros ocupan la parte histórica cuyos edificios coloniales te hacen pensar que paseas por Londres o Lisboa, incluso por alguna ciudad del sur de España si te encuentras con alguna iglesia de color blanco.Pero la magia de la ciudad hace que comiences a formar parte del coctel y acabas comiendo un "Vadapav" picantito mientras observas la meditación de dos camareros que sirven el "Chai" (té).

Nuestra suerte fué conocer a Saloni y Balram quienes por la noche nos llevaron a tomar unas cervezas y a cenar a lugares donde solo los locales llegan.

Taj Mahal Palace hotel

La sonrisa de la pobreza

Old Sailors home

Catedral de Santo Tomas

David en Maidon Oval

Nuestra misión era llegar a casa de Saloni y Balram y lo conseguimos. Nuestra experiencia por la dificil África ha dado sus frutos, caos de tráfico, suciedad, polvo, calor, humedad y por supuesto el control contra la gripe A.Nuestros anfitriones nos esperaban con una cena deliciosa, arroz basmati y curry cocinado en una base de salsa de garbanzos y patatas. Tras una magnífica conversación nocturna en la que nos introdujeron hacia la espiritual India nos dieron las pistas a seguir para descubrir Mumbai. Así que hoy, con cámara en mano y llenos de ilusión nos ponemos en marcha para formar parte del embriagador y ecléctico coctel que configura a la ciudad de Bombay.

Cena en casa

Tras un breve paso por Europa nos embarcamos en nuestra nueva aventura, India.Comenzaremos nuestro viaje por el subcontinente asiatico en Mumbai donde nos acojerá una pareja de couchsurfers por varios días. Esperamos que sean el trampolín que creemos se necesita para entrar en el país de los contrastes con buen pié, y que según dicen remueve de piés a cabeza.Tras nuestros días en la ciudad del criquet, los arcaicos bazares y Bollywood. La urbe caótica en la que conviven 16.400.000 personas con una densidad de población de 29.000 habitantes por kilómetro cuadrado, nos dirigiremos hacia el sur pasando por las playas de Goa, las casas flotantes de Kerala y la reserva natural de Periyar para ver elefantes y tigres hasta llegar a Tamil Nadu, la región de los antiguos templos y palacios hindues, donde pasaremos al menos un mes con la ONG ODAM. Finalizaremos nuestro viaje volando al norte donde visitaremos el Taj Mahal en Agra, la vieja Delhi, y Varanasi para observar los ghats a los piés del ganges...