Fidelia nos ha invitado a su casa a cenar, realmente no sabíamos que nos esperaba, ha sido una de las mejores experiencias que hemos tenido hasta ahora en Camerún.
Tras una mañana lluviosa aparece en casa Ngai quien nos guia hacia la casa de su madre, el camino hacia la casa resulta, mas que un paseo por las calles del pueblo, 45 minutos de trekking a través de un precioso paisaje tropical rodeados de altas y verdes montañas y plataneras.
Llegamos a casa de Fidelia, es como si estuvieramos en uno de esos documentales de National Geografic, el "compound" se divide en dos chozas, una dedicada a la cocina y otra en la que duermen Fidelia y sus hijas, pues los hermanos varones viven solos.
Nos estaba preparando la comida que se cocina en bodas KOM, Fufú y Kati-Kati, que por supuesto hemos comido con las manos, ha sido una experiencia fascinante ademas de todo un honor recibir una comida que solo pueden comer en celebraciones.

El fufú lo comen todos los días pues es altamente calórico (nos dejó el estómago "petao" hasta el día siguiente), se trata de una masa cocinada durante mucho tiempo al fuego de leña a base de maiz, (ahora entendemos porqué todas las casas tienen su propia cosecha) y el Kati-Kati es un guiso de verduras y tomate al que se le echa pollo en ocasies especiales.
Nos hemos quedado flipados al ver como comían... no han dejado ni los huesos del pollo, teníais que ver a las niñas pequeñas con el palo del muslo chupándolo como si fuera un chupa-chups!.

Lo mas divertido del día ha sido la vuelta a casa, le hemos dejado la cámara a Ngai y nos íbamos haciendo fotos con quien se cruzaba por el camino, los niños venían detras de nosotros corriendo para hacerse fotos, en sus ropas llenas de barro y juguetes caseros mientras gritaban ulebangne, ulebangne!! (hombre blanco).