Hora de partida a Limbe; 4 de la tarde (hora africana). A las 15 horas teniamos que estar en la parada de "Amour Mezzam", empresa de autobuses que nos "garantizaba" buenas plazas, comenzaba nuestra odisea hacia la ciudad de vacaciones de los adinerados doualenses.

Tras tres horas de espera sentados en el incomodo minibus, esperando que partiera, y otras dos de viaje, por fin llegamos a Bamenda donde teniamos que cambiar de autobus. Alli nos occurio de todo. Conicidimos con un conocido que viajaba en nuestra direccion para ver a su familia, profundo creyente catolico que nos dio la bara durante mas de dos horas, predicando la palabra de dios segun el antiguo testamento... teniais que ver nuestras caras de circunstancia. Nos cambiaron de autobus en varias ocasiones ya que ninguna de las rutas previstas llenaba los mini buses, asi que decidieron hacer una sola y meternos a todos en uno mas grande.

Salimos de Bamenda hacia las 00:30 horas y unicamente habiamos recorrido unos 70km desde Fundong.
Cuando parecia que todo iba viento en popa, adormecidos por el cansancio y el monotono ruido del motor, de repente al asesino, torturador del conductor se le ocurrio poner la musica en el autobus como si estuvieramos en una discoteca (lo tenemos grabado para ensenyaroslo). Estamos convencidos de que este tipo en Espanya hubiera sido uno de esos marcarillas que tunean el coche y se pasan horas dando vueltas por la ciudad vacilando de la potencia de su equipo de sonido. Nos dio un ataque de risa, o probablemente nos reimos por no llorar, como eran las 2 de la manyana y nuestro viaje a Limbe no habia hecho mas que empezar.

Llegamos a Limbe a las 10 y pico de la manyana del dia siguiente. Eso hacian 19 horas de viaje para recorrer aproximadamente 300km.

Este viaje se convirtio en anecdota en el momento en que nos sentamos en el agradable "Mars Restaurant" en su terraza junto al borde del oceano Atlantico, donde disfrutamos de una romantica puesta de sol africana, con un decorado de pleicula, a un lado la densa selva arropada por el monte Camerun, al otro la playa de fina arena volcanica con su ir y venir de pescadores y en el horizonte, en el mar, la silueta de Guinea Ecuatorial.