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Cuando era pequeño e ibamos a la romería de las minas en Cáceres, el barrio de origen de mi familia materna y donde he pasado gran parte de mi infancia, recuerdo ver a mi padre comerse las sardinas desde la cabeza hasta la cola sin que quedara absolútamente nada, ni las espinas. Hoy me he vuelto a acordar de esto cuando en una de las visitas habituales nos han ofrecido comida y acompañando el fufú nos han puesto un trozo de pescado, el pescado era para compartir entre cuatro personas y era del tamaño de una sardina grande. Pues bién, a mí me ha tocado la cabeza y un pedacito del cogote...
Cuando lo he visto en el plato he visualizado aquella imagen de mi padre masticando la cabeza de la sardina y me he dicho, joder si me padre se come la cabeza de la sardina es porque no debe estar mala, así que he hecho de tripas corazón, he cogido la cabeza por el cogote y mirando al pescado a los ojos me la he acercado como si le fuera a dar un beso en los morros y la he mordido. Crujientita y sabrosa, se me ha quitado del cerebro ese rollo europeo y he disfrutado de mi comida como cualquier persona hambrienta, la verdad es que estaba buenísima.
Cuando lo he visto en el plato he visualizado aquella imagen de mi padre masticando la cabeza de la sardina y me he dicho, joder si me padre se come la cabeza de la sardina es porque no debe estar mala, así que he hecho de tripas corazón, he cogido la cabeza por el cogote y mirando al pescado a los ojos me la he acercado como si le fuera a dar un beso en los morros y la he mordido. Crujientita y sabrosa, se me ha quitado del cerebro ese rollo europeo y he disfrutado de mi comida como cualquier persona hambrienta, la verdad es que estaba buenísima.
2 comentarios:
nos hizo mucha gracia tu relato sobre la sardina y nos recordó, como a tí, la facilidad con que se come tu padre las sardinitas asadas. Lo comentamos ayer con ellos en las Minas, y te puedes imaginar lo contentinos que se pusieron tus padres con tu recuerdos de chico.
Dí que sí David, que eres muy grande niño!!! Que alegría que lo estéis pasando tan bien. Por cierto, me encanta leer vuestro blog, es como si estuviera allí con vosotros. Seguid, seguid contándonos cositas.... Un besazo pa los dos desde Badajó*