Pongal es la palabra que los indios utilizan para nombrar al año nuevo Tamil. Se celebra los días 14, 15, 16 y 17 de enero pero el día cumbre es el 15 cuando la gente se levanta con la resaca del dia anterior para degustar el típico "pongal" desayuno cocinado con caña de azucar que se acerca mucho a nuestro arroz con leche y cuyo postre es, valga la
redundancia... caña de azucar, "a palo seco"... vaya empacho de azucar!


La noche del día 15 estábamos invitados a la gran fiesta que se celebraba en la ciudad de Virundanagar. Lo que no sabíamos era la magnitud del acontecimiento. Una gran alfombra roja flanqueada por artísticos Koolam (dibujos de polvo de colores) nos recibia como si de estrellas de Holliwood se tratara. Con cara de asombro y extrañados nos dirigimos hacia la entrada en la que un rótulo anunciaba la entrada de la gente V.V.I.P. Si, si... V.V.I.P, yo pensaba que solo existía gente V.I.P, pues no, nosotros éramos "Very, very important people"... ¡jejeje!


Por la misma puerta que nosotros entraban las personalidades mas importantes del estado, la gobernadora, sentada justo delante de nosotros, y otros famosillos de la zona. El acto, dirigido por un popular presentador, estuvo amenizado por mas de tres horas de música y bailes tradicionales donde además participaban las niñas del colegio de ODAM, culminando con fuegos artificiales que nos perdimos... el cansancio nos pudo.


El día fué de los mas extraño que nos había pasado en la India, cosa que no nos resultó rara pues nunca sabes lo que te va a ocurrir en este pais. Tras el desayuno de Pongal al que fuimos invitados nos personamos en la oficina a trabajar un ratillo cuando el fundador de ODAM, muy insistente, nos metió en el coche de la organización para recorrer los escasos 150 metros que separan la oficina del lugar donde se entregaban los premios a los ganadores de los diferentes concursos, Koolam, carreras de cuchara con huevo, lo habitual de fiestas de barrio. Allí nos esperaban fotógrafos, el alcalde y otras personas que debian ser importantes por la vestimenta. De nuevo nos tuvimos que tomar el Pongal sobre hoja de platanera. Estábamos realmente confusos, los fotógrafos no dejaban de hacernos fotos tomando el Pongal y poniéndonos las típicas cenizas en la frente. Tras el protocolo nos vimos entregando los premios a los ganadores... vaya tela!, os podeis imaginar la cara de circunstancia cuando entregábamos el trofeo, aguantándolo para la foto y fingiendo una incómoda sonrisa.
El caso es que no es la primera vez que nos ocurre algo similar, otra vez estuvimos cumpliendo con el protocolo de "blancos en la foto" poniendo cara de interesados mientras nos hacíamos los interesados por las obras de Koolam... En fin, ¡esto es India!