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Viajar en tren por India es obligatorio para cualquier viajero que se precie. La inmensa red de ferrocarriles funciona casi a la perfección. Además es barato, nuestro billete a Varanasi nos costó 1.900 Rps por persona, es decir unos 27 euros para cubrir una distancia equivalente al trayecto Badajoz-Barcelona-París. Viajar en tren es interactuar con la vida de las personas de la India.
Pasadas un par de horas de nuestra partida el expreso se detuvo a recoger mas pasajeros. Estábamos intrigados por conocer a los que serían nuestros compañeros de viaje y de compartimento. Cuatro mujeres, una de unos 20 años y las otras tres de mediana edad cargaban más de ocho enormes bolsas de tela y una maleta cada una, vestidas con sus coloridos Saris y adornadas con sus joyas doradas; aros en la nariz unidos a los pendientes por cadenas doradas, sus pulseras y brazaletes. Eran las mujeres de una familia que se dirigía a Varanasi a lavar sus pecados y purificar sus almas en la "Gran Madre". El aire acondicionado comenzaba a apretar y nuestro problema es que no viajamos con ropa de invierno... en teoría no la necesitamos en paises tropicales. Empezamos a vaciar la mochila y colocarnos capas de ropa para combatir el aire frio propio de ventisca polar. El viaje no se hacía mal, pasamos el rato leyendo o escuchando musica, nuestras compañeras de viaje no dejaban de cotillear y reirse mientras jugaban a las cartas apostando el dinero que guardaban en su ropa interior. Más tarde descubrimos por qué cargaban con tanto equipaje. A la hora de comer, abrieron los enormes sacos que traían y comenzaron a sacar ollas y tupper de metal; aperitivos varios, numerosos curries, varios tipos de arroz y chapatis, además de dulces. Nosotros ya habíamos encargado nuestra comida al servicio de catering del tren que iba a traerla hasta nuestro asiento. Pero esa excusa no les valió a esas mujeres y empezaron a cebarnos de comida. Nuestro "no" era insignificante para ellas. En sus ojos éramos dos jovenes que tenían que comer. Y así fue durante dos días. Hacía mucho tiempo que no comíamos tanto como en este tren. Las dos noches que pasamos en el tren pasamos un frío de la leche. Incluso con las mantas y sábanas que te dan y toda la ropa que nos habíamos puesto no había manera de acabar con el frio. Pero al fin, con estalactitas y carámbanos en la nariz, a las cinco y media de la mañana, a la luz del alba, llegamos a Varanasi, ciudad sobre el rio Ganges...
Esperando la partida a Varanasi
En busca de ropa
Pasadas un par de horas de nuestra partida el expreso se detuvo a recoger mas pasajeros. Estábamos intrigados por conocer a los que serían nuestros compañeros de viaje y de compartimento. Cuatro mujeres, una de unos 20 años y las otras tres de mediana edad cargaban más de ocho enormes bolsas de tela y una maleta cada una, vestidas con sus coloridos Saris y adornadas con sus joyas doradas; aros en la nariz unidos a los pendientes por cadenas doradas, sus pulseras y brazaletes. Eran las mujeres de una familia que se dirigía a Varanasi a lavar sus pecados y purificar sus almas en la "Gran Madre". El aire acondicionado comenzaba a apretar y nuestro problema es que no viajamos con ropa de invierno... en teoría no la necesitamos en paises tropicales. Empezamos a vaciar la mochila y colocarnos capas de ropa para combatir el aire frio propio de ventisca polar. El viaje no se hacía mal, pasamos el rato leyendo o escuchando musica, nuestras compañeras de viaje no dejaban de cotillear y reirse mientras jugaban a las cartas apostando el dinero que guardaban en su ropa interior. Más tarde descubrimos por qué cargaban con tanto equipaje. A la hora de comer, abrieron los enormes sacos que traían y comenzaron a sacar ollas y tupper de metal; aperitivos varios, numerosos curries, varios tipos de arroz y chapatis, además de dulces. Nosotros ya habíamos encargado nuestra comida al servicio de catering del tren que iba a traerla hasta nuestro asiento. Pero esa excusa no les valió a esas mujeres y empezaron a cebarnos de comida. Nuestro "no" era insignificante para ellas. En sus ojos éramos dos jovenes que tenían que comer. Y así fue durante dos días. Hacía mucho tiempo que no comíamos tanto como en este tren. Las dos noches que pasamos en el tren pasamos un frío de la leche. Incluso con las mantas y sábanas que te dan y toda la ropa que nos habíamos puesto no había manera de acabar con el frio. Pero al fin, con estalactitas y carámbanos en la nariz, a las cinco y media de la mañana, a la luz del alba, llegamos a Varanasi, ciudad sobre el rio Ganges...
Category:
India
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1 comentarios:
hola parejita!!! como va esoooo?? joooo, acabo de terminar la ISM 2010 y lo primero q leo es q ha llegado un paquete a mi nuevo piso....jo...eestais tontos????sois increibles!!!!! aqui en la penunbra d colonia, entre fernando y una pared, habeis conseguido emocionarme y animarme,....,este año mas peque la feria, pero mucho mas trabajo q otros años....para q diga fernando q esta "rebentado" ....nos hemos mirado caitlin y yo como diciendo...pero tendra cara!!! bueno q tvoy a contar dan...esta noche queremos ir a despedirnos d modesto panizzi, q estamos en otro hotel y este año se jubila!!! bueno q me lio....y acabo de reservar spa para mi a costa d JL y TC,.,..solo habia sitio para uno y a fer no le ha importado!!!..muchas gracias, mañana cuando llegue a la españa mandaremos un mensaje mi mujer y yo....repito, mi mujer y yo, proximo 30/04/2011 celebramos y estais invitados!