- Entonces, habeis dicho 300$, ¿no?
- Así es, nos dijisteis que nos los cambiais a 1050 Kyats el dolar.
- No puede ser amigo, en un principio queríais 400$, pero por 300 solo os podemos dar 1010 al dolar.
- Creo que eso no está bien, en un principio nos dabais ese cambio por 200$ así que pensamos que lo mas justo es a 1030, así llegamos a un punto medio... ni para ti ni para nosotros, ¿de acuerdo?
- Está bien, 300 a 1030, tened en cuenta que el dolar a bajado mucho, pero por ser vosotros lo haremos así, en diez minutos vuelvo.
Al poco tiempo apareció el chico con el que negociamos con un tipo cargado de billetes que habíamos visto cuando compramos el ticket de autobus. Les esperábamos en el pequeño stand donde podríamos contar el dinero chequeando uno a uno cada billete tranquilamente, nos habían contado otros viajeros varias anécdotas en las que les habían llegado a estafar 100$.
- Son 309.000 Kyats, take your time my friend, this is good money - dijo con la boca rebosando saliva debido al paan que mascaba y que le daba un aspecto desagradable por el intenso color rojizo que ensuciaba sus dientes. Mascaba y guardaba la mezcla de saliva tabaco y especias bajo su lengua y su carrillo derecho emitiendo sonidos desagradables cuando aspiraba para saborear su tabaco, se dirigia a nosotros con la boca llena produciendo sonidos casi inentendibles que descifrábamos por los gestos que hacía con sus manos.
El tipo, de tez morena mate y rasgos indios, vestía un lungyi de color oscuro a cuadros que ataba alrededor de su enorme barriga por encima del ombligo y que nos hacía recordar a las gentes del sur de India. El movimiento de su boca al mascar el paan, y los hilos de saliva de color sangre que unían sus dientes al abrir la boca junto al ancho cuello que soportaba su cabeza le daba un aire todavía mas oscuro a la transacción de dinero.
Tres fajos de 100 billetes de 1000 Kyats cada uno sujetos con una goma y otros nueve billetes mas aparte ocupaban nuestras manos. Dan comenzó a contar y me pasaba los billetes de diez en diez para revisarlos uno a uno y volverlos a contar meticulosamente. La operación se hizo muy dificil cuando ya no nos cabían en las manos, sabíamos que era este momento el que esperaban los colegas.
- Dame, yo los sujeto.
- No te preocupes, ya los guardo yo.
El momento era tenso, las manos llenas de billetes y un tio cada uno a nuestro lado intentando cojer los billetes para "aguantarlos". Al fin conseguimos terminar de contar, estaban todos, no faltaba ni uno, sujeté con fuerza el gran fajo mientras Dan le daba los dólares.
- Lo sentimos amigos pero esto no nos vale, los dolares no son buenos, esta serie no es buena, queremos HC, estos son HB.
- Pues esto es lo que hay amigo.
El tipo enfadado nos tiró los dólares a la cara, al mismo tiempo se acercó al cinturon donde Dan guardaba el resto de billetes diciendo que había visto uno bueno y que teníamos que tener mas, metía sus zarpas en el monedero, Dan agarraba con fuerza los billetes y por supuesto yo los Kyats a mi espalda. Los billetes estaban en nuestro poder, habían perdido la jugada y estaban enfadados.
- Está bien, si quereis lo único que podemos hacer es daros el cambio a 980 el dolar, esta serie no es buena.
- Bad business my friend, esto no nos gusta, aquí teneis vuestro dinero no queremos trato con tramposos - les dijimos una vez asegurados que teníamos todos nuestros dólares, a lo que nos respondieron rabiosos que no íbamos a encontrar mejor cambio del que nos daban ellos.
La estrategia era muy clara, no les valió el juego del despiste y sabían que necesitábamos los Kyats pues el mejor lugar para cambiarlos es en Yangón y eran nuestras últimas horas en la capital.
En Birmania se utilizan dólares y Kyats, normalmente los dólares se utilizan para pagar alojamientos y en ocasiones medios de transporte y los kyats para las cosas del dia a dia, no hay cajeros automáticos así que tienes que llevar todo el dinero calculado para unmes contigo. Esto lo hace muy incómodo pues además de tener dos monedas diferentes la cantidad de billetes que se lleva encima es exagerada.
Con la hora pegada al culo salimos corriendo hacia el mercado de joyeros pues nos habían dicho que allí eran honrrados, y así fué, el cambio que conseguimos fué a 990 el dolar y sin ningún tipo de tensión, a pesar del entorno en el que se desarrolló el cambio, el jefazo tras una verja metálica cerrada, como si de una transacción de droga se tratara, en una calle trasera del mercado nos daba el dinero, detrás de el se veía a otras cuatro o cinco personas contando un montón de fajos de billetes... esta vez dólares.
El mercado de dinero negro en Birmania es alucinante, el cambio se consigue muchísimo mejor aquí pues siempre hay dinero negro a blanquear, gente que quiere quitarse de debajo del colchón los incómodoos Kyats y el turista trae consigo dólares frescos suficientes para pasar un mes completo en el país.
Con la mochila repleta de billetes ponemos rumbo a Mandalay, sabemos que nuestro viaje por Birmania no nos dejará indiferentes, el viaje de verdad ha vuelto a comenzar.