Hoy es nuestro último día del viaje. Nos encontramos en Miami disfrutando de las últimas horas de calor y sol antes de embarcar para Madrid. Mientras que todavía nos quedan muchas entradas por publicar sobre Brasil, nuestras reflexiones sobre la experiencia de la vuelta a la realidad además de publicar todos los datos útiles de viaje que hemos ido recopilando y que son muchos e interesantes, queremos aprovechar el momento para agradecer a todos los que nos han seguido a través de La Ruta del Mango.

Gracias a Google Analytics hemos podido saber que durante el viaje nos han seguido cerca de tres mil personas. Además de nuestros amigos y familiares, sabemos que nos leen desde muchos puntos del globo. Enviamos un saludo especial a nuestro lector de Kenya, a los que nos leen desde Estados Unidos, Corea del Sur, India, Argentina, Colombia y el resto de paises desde los que de vez en cuando nos han echado el ojo.

Saber que seguís leyendo lo que escribimos nos ha dado muchos ánimos a lo largo del viaje para poder continuar escribiendo con regularidad cuando no siempre ha sido fácil encontrar el tiempo o la inspiración. Sobre todo mandamos un abrazo muy grande a todos que nos han mandado saludos, ánimos y comentarios a través del blog. Nos ha hecho sentirnos más cerca de vosotros y cada día que hemos recibido un comentario comenzábamos el día con una gran sonrisa y aún más motivación para continuar con el viaje. Ya sabéis quienes sois.

A todos vosotros, muchísimas gracias y un gran saludo

Torão Grill es el nombre de la churrascaria que el "gabacho", dueño del apartamento donde nos alojamos, y un amiguete que hicimos tomando caipirinha, nos recomendaron - É muito bom e barato - Teníamos muchas ganas de probar un rodizio de carne así que no nos lo pensamos dos veces y después de un fabuloso día de playa por la zona de "Pituba" nos presentamos en el restaurante.
El rodizio es una forma de comer muy particular, se trata de un buffet de ensaladas y algunas otras delicias que acompañan a un ejército de camareros dispuestos a que la carne te salga por las orejas. No habíamos hecho mas que llegar y, aún sin cubiertos, ya teníamos a nuestro camarero, bajito, muy negrito, vestido de camisa y corbata y un enorme mandil de color blanco con un gigantesco sable atravesando a un delicioso corte de ternera, rojito por dentro y churrascadito por fuera... mmmm, el olor nos hacía segregar saliva y afilar nuestros caninos como si de animales hambrientos se tratara. Dan comenzó a volverse loca, a lo lejos la veía en el buffet alimentando a un enorme plato que en poco tiempo lo había llenado de diferentes tipos de ensalada y que adornaba el centro de nuestra mesa. Entre tanto yo miraba el filetazo que nuestro pequeño amigo me había puesto en el plato esperando a mi cerveza, - bem gelada amigo - El trabajo se nos acumulaba, los camareros venían a la mesa una y otra vez con diferentes cortes de todo tipo, "picanhas" de ternera y cordero, trocitos de "peito de frango" enrollados en tocino de "porco", solomillos de ternera y cerdo, corazoncitos de pollo y hasta cerebro de ternera, algo que no había probado nunca y que debo decir que estaba delicioso.
Al poco tiempo de estar allí tuvimos que empezar a indicar a nuestros camareros que parasen de traer comida, el secreto del rodizio es descansar y tras unos minutos volver al ataque... o eso pensábamos, porque tras una hora engullendo carne como animales nos dimos cuenta de que nuestro estómago se había convertido en un globo hinchado que bloqueaba todo movimiento que intentaramos hacer - Creo que es momento de parar Dan, no puedo mas, y como siga voy a reventar - A ella le entró por un oido y le salió por el otro porque no había terminado de decir la frase y ya tenía un pedazo de pastel de maracuyá de postre.
Salimos del restaurante petaos como un pavo en navidad, estábamos a punto de reventar, pese al mal rato que pasamos después pues nos pasamos de comida, nuestro estómago se ha quedado pequeño para un restaurante de este tipo y ya no somos profesionales como cuando vivíamos en España, la experiencia mereció la pena... y por sólo... 10 euros por persona!!

Dicen que fué martes el día que se abolió la esclavitud en Brasil. Desde entonces todos los martes del anyo, en Salvador se vive la fiesta más grande de la semana. Llegamos a la capital de Bahía en sábado, cansados de viaje no esperábamos más que tomarnos una cervecinha para irnos a dormir, cuando de repente nos veíamos en medio de un grupo de batucada con un latão de Skol cada uno en la mano... la noite baiana ya se había quedado con nosotros. La samba sonaba por todas las ruas de la ciudad sin ser carnaval y, William the Worm, se había despertado para intentar aprender a bailar los ritmos afrobrasileiros.
Llevamos en la ciudad mas de una semana y ya tenemos ampollas en los piés de intentar aprender a bailar samba. Y aunque todavía no acabamos de afinar nuestros pasos, lo que sí hemos aprendido con soltura y enorme maestría es el arte de beber caipirinha danzando por el bairro do Pelô. Cada praça o largo de la cidade antiga o Pelourinho se llena de música cada día de la semana con conciertos gratuitos, en especial los martes cuando la samba, el reggae, la capoeira y el axé se fusionan con los aromas a dendé y a acarajé para hacer bailar a baianos y a turistas los ritmos africanos de la capital de la cultura afrobrasileira.