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Torão Grill es el nombre de la churrascaria que el "gabacho", dueño del apartamento donde nos alojamos, y un amiguete que hicimos tomando caipirinha, nos recomendaron - É muito bom e barato - Teníamos muchas ganas de probar un rodizio de carne así que no nos lo pensamos dos veces y después de un fabuloso día de playa por la zona de "Pituba" nos presentamos en el restaurante.
El rodizio es una forma de comer muy particular, se trata de un buffet de ensaladas y algunas otras delicias que acompañan a un ejército de camareros dispuestos a que la carne te salga por las orejas. No habíamos hecho mas que llegar y, aún sin cubiertos, ya teníamos a nuestro camarero, bajito, muy negrito, vestido de camisa y corbata y un enorme mandil de color blanco con un gigantesco sable atravesando a un delicioso corte de ternera, rojito por dentro y churrascadito por fuera... mmmm, el olor nos hacía segregar saliva y afilar nuestros caninos como si de animales hambrientos se tratara. Dan comenzó a volverse loca, a lo lejos la veía en el buffet alimentando a un enorme plato que en poco tiempo lo había llenado de diferentes tipos de ensalada y que adornaba el centro de nuestra mesa. Entre tanto yo miraba el filetazo que nuestro pequeño amigo me había puesto en el plato esperando a mi cerveza, - bem gelada amigo - El trabajo se nos acumulaba, los camareros venían a la mesa una y otra vez con diferentes cortes de todo tipo, "picanhas" de ternera y cordero, trocitos de "peito de frango" enrollados en tocino de "porco", solomillos de ternera y cerdo, corazoncitos de pollo y hasta cerebro de ternera, algo que no había probado nunca y que debo decir que estaba delicioso.
Al poco tiempo de estar allí tuvimos que empezar a indicar a nuestros camareros que parasen de traer comida, el secreto del rodizio es descansar y tras unos minutos volver al ataque... o eso pensábamos, porque tras una hora engullendo carne como animales nos dimos cuenta de que nuestro estómago se había convertido en un globo hinchado que bloqueaba todo movimiento que intentaramos hacer - Creo que es momento de parar Dan, no puedo mas, y como siga voy a reventar - A ella le entró por un oido y le salió por el otro porque no había terminado de decir la frase y ya tenía un pedazo de pastel de maracuyá de postre.
Salimos del restaurante petaos como un pavo en navidad, estábamos a punto de reventar, pese al mal rato que pasamos después pues nos pasamos de comida, nuestro estómago se ha quedado pequeño para un restaurante de este tipo y ya no somos profesionales como cuando vivíamos en España, la experiencia mereció la pena... y por sólo... 10 euros por persona!!
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