Live as though you were going to die tomorrow, learn as though you were going to live forever -

Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir para siempre

Ghandi


Piensa, cree, sueña y atrévete.

Think, believe, dream and dare.

Walt Disney


16:34 |
Aterrizamos en Dammam después de un largo viaje de más de 10 horas, estábamos en Arabia Saudita.

El primer contacto con el país se iba a realizar con la “amable y simpática” policía de inmigración saudita. Locales y expatriados de todas las nacionalidades imaginables, indios, paquistaníes, europeos, filipinos, chinos y americanos esperábamos una larguísima cola ante los puestos de inmigración pacientemente a la espera de ser fotografiados y dejar nuestras huellas marcadas en un cacharro sucio, que para que funcionara, había que presionar con los pulgares y todas tus fuerzas hasta casi hacer estallar el cristalito del escaner ... al menos eso es lo que me decía mi simpatiquísimo amigo de bigote y uniforme de color verde militar… - pero, ¿qué demonios están haciendo?, ¡llevan más de 15 minutos con ese tipo y solo le han tomado las huellas! – decía algún occidental que comenzaba a perder los nervios.

La atmósfera vaporosa iluminada por las luces de la noche nos anticipaba el calor que, a pesar de no superar los 35 grados y ser cerca de la medianoche, nos iba a acompañar durante nuestras primeras horas en el reino. Aunque estemos en un área desértica la humedad es altamente elevada debido a la cercanía con el mar arábigo, lo que hace que el calor sea realmente asfixiante.

Con las maletas, mochila a la espalda y un hormigueo de nerviosismo en el estómago, mi compañero de viaje y yo salíamos por la puerta de llegadas del aeropuerto internacional de Dammam. Una enorme sonrisa de dientes de color blanco nuclear que contrastaban con el color de piel de nuestro chófer y un cartel en el que ponía Davi Marteen y Raul Senchez nos daba la bienvenida a Arabia, "Al Salaam Alaykum", bienvenida que de no haber sido por la cantidad de “Thobes” de color blanco (traje típico saudita) y abayas de color negro (traje con el que cubren a sus mujeres)… hubiera pensado que habíamos aterrizado en el sur de India.

Después de una hora de viaje a través del desierto para llegar a Al Jubail, acompañados de nuestro sonriente y amable chófer Koya, enormes antorchas quemando petroleo en el horizonte, accidentes en la carretera, controles de velocidad, check points, y locos que cruzaban la carretera a volantazos sin luces llegamos a nuestro destino y nuestra nueva casa, “Garden Village Compound”.
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